Esta enfermedad infecciosa resulta de mucha importancia en la explotación intensiva tanto de cabras como delocalización de un nódulo de linfoadenitis caseosa ovejas, no por el daño directo que sufre el animal, sino por la pérdidas económicas que supone
para su valoración sobre todo si se trata de ganado de carne. Se caracteriza por la aparición de unos nódulos característicos localizados indoloros en determinadas zonas del cuerpo repletos de un material purulento.
Se ven afectados casi todos los países y está ligada a la explotación intensiva de animales. Se ha estudiado de manera más profunda en Australia debido a que la gran concentración de ovejas y el manejo al que se ven sometidas durante la época del esquileo ha supuesto el encuentro de dos factores que favorecen enormemente la aparición y diseminación de la enfermedad.
El agente causal es el Corynebacterium pseudotuberculosis el cual muy resistente manteniéndose vivo durante mucho tiempo en carne, heces, pus y suelo. Además los estudios realizados en Australia demuestran que hay una relación directa entre el contagio y los baños antiparasitarios a los cuales se someten a los animales después de esquileo por una parte, y el tiempo que permanecen las ovejas hacinadas a la sombra después del mismo. La perdida de la lana y de la grasa que protege la piel por la humedad, junto con la supervivencia en el agua del germen y la falta de radiación ultravioleta hacen que este sea un momento crítico para la diseminación de la enfermedad. Esto nos lleva a sintetizar los factores de riesgo:localización de los nódulos de linfoadenitis caseosa
- Animales portadores: los principales diseminadores de la enfermedad lo constituyen aquellos individuos que sin presentar los típicos nódulos exteriores los poseen interiormente y son capaces de eliminar gérmenes, por el moco, las heces, ..Estos animales aunque no poseen estos típicos nódulos se reconocen con cierta facilidadlinfoadenitis caseosa porque su aspecto está totalmente deteriorado y deben de eliminarse de la explotación cuanto antes porque son fuente de infección de gran número de enfermedades tanto infecciosas como parasitarias.
- La apertura de abscesos espontáneamente o de forma incontrolada y sin la desinfección adecuada.
- Los cortes cutáneos producidos por roces, heridas,.. que se infectan con la suciedad del entorno y no son debidamente tratados con desinfectantes. El compartir material de esquileo, hojas de bisturí o agujas sin la debida desinfección.
- El hacinamiento, la falta de higiene y de ventilación son factores fundamentales en la diseminación.
- La mala alimentación que lleva siempre a una clara disminución de las defensas orgánicas, ya que la convivencia con el agente causal no tiene porqué llevar al padecimiento de la enfermedad, y en esta es muy importante el proceso de encapsulación que sufre los gérmenes de la zona cercana a donde penetró la bacteria, antes de llegar al ganglio correspondiente.
- Madre-hijo por la convivencia estrecha entre ambos.
El cuerpo de las cabras reacciona ante el germen que entra intentándolo destruir pero si no lo consigue realiza un buen trabajo intentando poner paredes alrededor de las bacterias creando un absceso para impedir que las bacterias y por lo tanto la enfermedad avance hacia posiciones superiores mucho más peligrosas para el animal. Cuando alguna bacteria logra escapar a este ataque el sistema de defensa inmunitario reacciona por segunda vez creando otro absceso y así sucesivamente.
Este mecanismo es el que impide que esta enfermedad sea potencialmente peligrosa para la vida del animal, pero si linfoadenitis casesosa en cabras no se toman medidas se diseminará por todo el rebaño creando al final un problema económico importante debido a las pérdidas por decomisos en el matadero, depreciación de los cueros, disminución de las defensas orgánicas con mayor propensión a las infecciones, etc. y esto en explotaciones de carne supone una gran cantidad de capital.
¿Qué hacer ante la presencia de esta enfermedad?
Un animal contagiado nunca se llega a «curar» de la enfermedad por ello hay que determinar que nivel de infección queremos llegar a mantener en la explotación.
Ganadería libre de linfoadenitis: hay que realizar un trabajo de toma de muestras sanguíneas y enviarlas a un laboratorio preparado para realizar los controles pertinentes e interpretar con posterioridad los resultados para eliminar de la explotación aquellos animales considerados positivos, tanto si presentan lesiones como si no. Esta opción es cara y complicada porque después no se pueden introducir animales que no estén completamente limpios.
Vacuna: existen algunas vacunas comerciales en USA y Australia que no se han demostrado muy eficaces de forma global sino solo de forma particular, y casi ineficaces sino se mejora el manejo de los animales. Otro problema añadido es que no se pueden distinguir a nivel de laboratorio los animales infectados de los animales vacunados. Se pueden pensar en autovacunas pero hay que probarlas primero en un grupo pequeño de animales al dar mucha reacción.
Ganadería que convive con la bacteria pero reduce al mínimo su contagio y enfermedad, llegando con el tiempo a una situación de no aparición de lesiones en el rebaño. Para ello:
Cuidado donde compra el ganado nuevo, cuando introduzca un animal nuevo asegúrese de la granja que lo compró y prepárese para realizar una cuarentena mínima de dos semanas y piense que cuanto más tiempo la prolongue más eficaz será. Llame a su veterinario y realice un examen exhaustivo. Si va a pagar mucho dinero por un nuevo macho o hembra llegue a un acuerdo de garantía de devolución.
Localizar y eliminar aquellos individuos que presenten un estado de extrema delgadez crónica porque son portadores no solo de esta sino de otras muchas patologías, no solo no producen sino que son altamente peligrosos.
Localizar y aislar los individuos que presentan las lesiones exteriores. Estos no pueden volver al rebaño hasta por lo menos una semana después de que la herida producida por el tratamiento del absceso se halla cerrado completamente.
Tratar cuanto antes y de manera eficaz los abscesos.
Impedir la relación de la madre infectada con hijo por medio de:
Separación al nacimiento
Pasteurización del calostro a 58ºC durante media hora y lactancia no materna
Mantener al rebaño en una adecuada limpieza y ventilación, exponer durante algunos períodos a la luz del sol tanto a los animales como el interior de los recintos donde viven.
Cuidar la alimentación del rebaño fijándose siempre en el estado de la piel y el pelo como reflejo del estado sanitario.
Evitar los roces de cadenas, superficies sobresalientes, clavos, tornillos, comederos, etc. que pueden estar dañando y debilitando la piel del animal por el roce continuo. Revisar las instalaciones de ordeño.
Desinfectar rápidamente cualquier herida o rozadura que se produzca, lavando previamente simplemente con agua y jabón, recortando el pelo de alrededor e impregnando con cualquier desinfectante. (acostumbre a llevar siempre un bote con yodo diluido o cualquier otro desinfectante y un marcador para reaccionar en el momento, son de mucha utilidad los botes spray caseros para productos de limpieza bien aclarados y rellenos con el desinfectante).
¿Cómo tratar un absceso?
El tratamiento debe instaurarse en cuanto se ha detectado su presencia. Hay que actuar a nivel local porque administrar antibióticos no hace el más mínimo efecto debido a que la lesión está encapsulada y por lo tanto no llega ningún medicamento.
Existen tres tipos de acciones que se pueden llevar a cabo:
Extirpación quirúrgica de todo el abceso por parte de un veterinario y siempre que su localización permita una cirugía invasiva, porque a veces estos procesos son bastante profundos.
Apertura y drenaje del absceso: esta solución solo se puede aplicar cuando el bulto se presente con una consistencia blanda, teniendo que aislar al animal hasta que esto se produzca, además requiere una serie de medidas a tener en cuenta:
Material:
Guantes (cuidado el germen puede entrar en el hombre por medio de la piel dañada)
Cuchilla de afeitar nueva u hoja de afeitar
Recipiente para recoger el pus
Recipiente para la incineración
Papel absorbente, algodón,..
Desinfectante local: yodo, agua oxigenada,..
Agua hervida para limpiar bien el absceso por dentro
Jeringa
Antibiótico si se tiene disponible, inyectar una dosis después de todo el proceso
Elegir un lugar que se pueda limpiar y desinfectar con facilidad ya que vamos a dar salida a millones de gérmenes con el pus. Es preferible que tenga el suelo que no filtre (es caso de necesidad extender un plástico grande que se quemará después tener cuidado con los zapatos y no pisar el pus, usar suela de goma y pasarlos por desinfectante) en una zona no frecuentada por los animales y personas de la explotación y al aire libre donde le dé el sol.
Sujetar al animal firmemente, aunque no es muy doloroso, si es muy peligroso que realice movimientos bruscos cuando se está incidiendo el absceso.
Tener listo un lugar donde se puede quemar de inmediato todo el material utilizado para drenar y limpiar el absceso.
Utilizar un pequeño recipiente donde poder vaciar el contenido del absceso para evitar en la medida de lo posible que caiga al suelo. Luego se limpiará primero con papel o tela que se quemará después, y se le aplicará un desinfectante al finalizar.
Limpiar y desinfectar la zona, cortar el pelo alrededor del bulto antes de comenzar.
Incidir solamente aquellos bultos que sean superficiales y estén blandos a la presión, realizándolo siempre por la parte más baja y abriendo una buena salida, para que caiga por su peso el contenido. Apretar hasta el completo vaciado.
Cargar la jeringa con agua hervida e introducirla por la apertura, presionar para arrastrar todo el material purulento que saldrá disuelto. Repetir la operación hasta que el agua salga clara.
Poner desinfectante en la zona, inyectar el antibiótico si se tiene, alojar al animal aisladamente en su lugar muy limpio hasta su recuperación.
Repetir la desinfección a diario hasta el completo cierre de la herida, cuidando que vaya cerrando desde dentro hacia afuera.
Aplicación de formol: es un método muy eficaz y muy limpio si se tienen las debidas precauciones. El formaldehído se utiliza para conservar los cuerpos muertos sin que se corrompan y actúa matando al germen dentro de su cápsula, y produciendo el desprendimiento del absceso después de unos días de su inyección directamente dentro de él. Modo de operación.
Material:
Desinfectante
Guantes
Jeringa y aguja de la longitud suficiente para llegar al centro del bulto
Una vez localizado el bulto y tenga el tamaño entre una bellota grande y una nuez, aislar al animal pero no es necesario esperar a que esté muy blando para aplicar este tratamiento.
Precauciones: usar guantes por ser irritante, sujetar firmemente al animal porque si el formol sale fuera del absceso y toca el tejido sano de la cabra lo destruirá pudiendo causar daños irreversibles.
Desinfectar la zona y cargar entre 1/2 y 1 cc de formol en la jeringa según lo grande que sea el absceso.
Pinchar y absorber para comprobar que tipo de líquido hay en el interior, solo si no sale nada introducir el formol dentro, si sale un líquido del tipo que sea no continuar no se trata de lifoadenitis y hay que consultar con el veterinario. Tener cuidado al extraer la jeringa poniendo el dedo encima porque puede salir pus que habrá que limpiar y desinfectar.
Repetir la inyección a la día siguiente. Al cabo de una semana el absceso se desprenderá » muerto e inofensivo» sin más riesgo para el animal o el rebaño.