Resumen
Algunos países latinoamericanos no utilizan las excretas animales para
alimentar rumiantes. Se llevó a cabo un estudio con el objetivo de estudiar la
factibilidad de alimentar ovinos Pelibuey durante la finalización de su engorda
con niveles elevados en la dieta de cerdaza y pollinaza, midiendo el impacto
sobre su productividad, estado de salud, composición corporal y la presencia de
Cu en el hígado. Se utilizaron 15 borregos con una edad de 22 meses y un peso
inicial de 20.7 kg. Los animales permanecieron durante 31 días consumiendo una
alimentación basándose en cerdaza y 28 días la alimentación se basó en
suministro de pollinaza. Después de su sacrificio, se pesaron las vísceras y
la grasa perirenal. La canal izquierda, fue subdividida en las siguientes
regiones: cuello, tórax, abdomen, brazo y pierna. Se disecó cada parte en
tejido blandos y hueso. La ganancia de peso (0.155 kg), el rendimiento en canal
(41.8 %), la proporción de cada uno de los cortes y la relación entre tejido
blando y hueso obtenidos, se consideran apropiados. La concentración de cobre
en hígado se encontró dentro de los rangos normales. No se registró ningún
tipo de padecimiento patológico en los animales durante la prueba. Se concluye
que, en las condiciones de este experiencia, es
factible utilizar cerdaza y pollinaza en la alimentación de borregos Pelibuey
sin afectar negativamente su productividad y manteniendo su estado de salud.
Introducción
En climas tropicales en regiones donde existe
producción avícola y de cerdos, se presenta la oportunidad de usar las
excretas de estos animales como una alternativa para la alimentación de
rumiantes.
Entre las excretas avícolas, la más importante
es la pollinaza; es el material resultante de la combinación del excremento
producido por los pollos en engorda, junto con la cama que se utiliza para
aislarlos del piso. Actualmente es utilizada ampliamente en México para
alimentar ganado bovino, sobre todo en la Península de Yucatán. En cambio en
algunos países latinoamericanos, entre ellos Venezuela, este recurso es poco
utilizado (Rodríguez et al 1987).
La excreta de los cerdos (cerdaza) es el resultado del siguiente proceso: las
excretas, orina y residuos de alimentos de las granjas son canalizados, con
agua, a una fosa. De allí se extrae la suspensión para pasarla a través de
una malla de acero inoxidable; el efluente se desecha a una laguna y el residuo
sólido se separa y exprime mediante la presión con tornillo sinfín.
El valor nutricional de estas dos excretas ha sido ampliamente documentado.
La pollinaza tradicionalmente ha sido utilizada como suplemento proteínico para
rumiantes (Harmon et al 1974; Fontenot et al 1975). No obstante, también es
rica en fósforo (aproximadamente 1.8%), además de calcio (3%) y otros
minerales (Moguel et al 1990b; Aguiar et al 1987). Se ha reportado que la
disponibilidad del fósforo de la pollinaza es buena (Moguel et al 1990a) ya que
se encuentra primordialmente en forma de ortofosfatos (Barnet 1994), por lo que
su empleo como fuente mineral es recomendable.
La cerdaza también es una fuente reconocida de proteína y minerales (Guerrero
y Cuarón 1987; Flachowsky y Henning 1990; Duarte et al 1990).
Ambas excretas tienen además la ventaja de que se dispone de ellas a lo largo
de todo el año.
La presencia de residuos indeseables en las excretas es mínima. Se ha
encontrado que el contenido de drogas, pesticidas y aditivos alimenticios,
presentes en la pollinaza es muy reducido como para provocar un problema a los
animales que la consumen o para favorecer el contenido de residuos en sus
tejidos (Webb y Fontenot 1975; Brugman et al 1967). En forma comparativa, se
considera que insumos como el maíz puede tener mas cantidad de pesticidas que
la pollinaza, ya que estas substancias son utilizadas para la conservación en
bodega de los granos.
Sin embargo, es importante recalcar que existen
ciertos riesgos por el empleo de ambas excretas. El más importante es el
peligro sanitario para algunas especies animales y para el mismo hombre; ya que
es natural que las excretas contengan una cantidad elevada de bacterias y
hongos. Entre los animales, el mayor riesgo es para las propias aves, ya que la
pollinaza puede diseminar coccidiosis u otras enfermedades muy importantes, como
la influenza aviar. En el hombre ocasionan irritación de nariz, garganta, ojos
y problemas respiratorios, además de otras afecciones. Por lo tanto, se deben
tener precauciones para evitar estos riesgos. Esta elevada presencia de
microorganismos en las excretas no se considera en cambio como un peligro para
la salud de los rumiantes que la consume; ya que las condiciones de la
fermentación que prevalecen en el rumen resultan ser adversas para al
supervivencia de los microorganismos.
Otro peligro potencial del uso de excretas, es que presentan combustión espontánea
cuando son almacenadas en bodegas. Un elevado contenido de humedad (mas de un
15%) puede propiciar que se incendien durante el almacenaje, representando un
peligro y una pérdida económica para la explotación. Para evitar esta situación,
las excretas húmedas debe utilizarse con prontitud, o bien, debe ponerse a
secar al sol o en deshidratadores especiales.
Finalmente también representa un riesgo que las
excretas contengan un importante nivel de cobre (Cu). Si bien este mineral es
necesario para los rumiantes, en exceso puede ser tóxico. En promedio la
pollinaza de Yucatán contiene aproximadamente 150 ppm de Cu (Moguel et al
1990b) valor que coincide por lo reportado por otros autores (Fontenot y Webb
1974). En cuanto a la cerdaza este contenido es mayor, oscilando entre 300 y 700
ppm (Flachowsky y Henning 1990). Los ovinos son más susceptibles a intoxicarse
por un exceso de cobre en la dieta (NRC 1985), en comparación con los bovinos
ya que su nivel máximo de tolerancia es de 25 ppm de Cu en la dieta y en cambio
los bovinos toleran hasta 100 ppm (NRC 1996). Cuando se presenta un exceso de
cobre alimentario se almacena en el hígado. En un momento de estrés, es
liberado produciendo un estado de ictericia y debilidad. La orina adquiere un
tono café, debido a la hemoglobina liberada por la destrucción de los
eritrocitos. La muerte sobreviene de 1 a 4 días después de haberse presentado
los primeros signos (Blood et al 1987).
Con base en lo anterior, el objetivo del presente
trabajo fue de estudiar la factibilidad de alimentar ovinos Pelibuey durante la
finalización de su engorda con niveles elevados de cerdaza y pollinaza,
midiendo el impacto sobre su estado de salud, su composición corporal y la
presencia de Cu en el hígado.
Materiales y Métodos
Se utilizaron 15 borregos de raza Pelibuey con
una edad promedio de 22 meses y un peso inicial de 20.7 kg. Los animales
permanecieron instalados en jaulas individuales durante todo el experimento, el
cual tuvo una duración de 59 días. Se utilizaron dietas balanceadas
elaboradas con cerdaza y pollinaza. La composición de las dietas se presenta en
la Tabla 1.
Tabla 1: Composición
de las dietas utilizadas para alimentar borregos Pelibuey |
sometidos durante 59 días a una alimentación con excreta animal
(cerdaza y pollinaza).
(% base seca)
Ingrediente
Dieta con
cerdazaDieta con
pollinaza
Cerdaza28.2-Pollinaza-38.0Maíz-24.1Sorgo21.7-Heno de pasto22.7-Olote de maíz-10.0Salvado de trigo-9.6Pasta de soya6.39.2Melaza de caña16.97.5Ácido grasos3.2-Carbonato de calcio-0.7Sal común1.00.6Premezcla Vit. A,D,E 0.03 0.05![]()
Las excretas, fueron analizadas para conocer su
contenido en materia seca y valor nutricional empleando métodos de análisis
convencionales (Tejada 1992) (Tabla 2).
Tabla
2: Análisis quimica de las excretas (en % base seca) |
![]() |
|
Dieta con
cerdaza |
Dieta con
pollinaza |
![]() |
Materia seca, % |
73.5 |
92.0 |
Proteina cruda, % |
27.6 |
16.0 |
Materia mineral, % |
12.6 |
15.1 |
Calcio, % |
2.54 |
2.90 |
Fósforo, % |
1.69 |
1.81 |
Cobre (en ppm) |
274
|
214
|
![]() |
. Las dietas también fueron analizadas (Tabla
3).
Tabla 3. Valor
nutricional de las dietas utilizadas ( base seca) |
![]() |
Nutrimento
|
Dieta con Cerdaza |
Dieta con Pollinaza |
![]() |
Materia seca (%)
|
81.5 |
89.1 |
Proteína cruda (%)
|
13.2 |
15.0
|
Energía Metabolizable (Mcal/kg)(Calculado)
|
2.39 |
2.53 |
Fibra cruda (%)
|
12.9 |
10.0 |
Calcio (%)
|
1.2 |
1.4 |
Fósforo (%)
|
0.8 |
0.9 |
Cobre (ppm)
|
74.0 |
87.0 |
![]() |
La dieta con cerdaza fue suministrada durante los
primeros 31 días, los 28 restantes se les administró a los animales la dieta
basada en pollinaza.
Los animales se pesaron al inicio y al final del experimento. Al finalizar
se sacrificaron por degüello; se cortó la cabeza, las patas, se despojaron de
la piel y vísceras, quedando la canal. Se procedió a pesar el hígado. Se
extrajo el contenido digestivo pesando el tracto digestivo antes y después de
vaciarse. La canal se dividió en dos longitudinalmente. La fracción izquierda
de la canal se dividió en cuello, tórax, abdomen, brazo y pierna; se separó
cada una de estas partes en tejidos blandos (principalmente músculo, además de
tejidos conectivo y conjuntivo) y hueso.
Se tomó una muestra de hígado de todos los animales la cual sirvió para
cuantificar el contenido en Cu mediante el método espectrofotométrico (Tejada
1992).
Las variables obtenidas fueron analizadas para
conocer el promedio y la desviación estándar. Finalmente se llevó a cabo un
análisis de regresión (Snedecor y Cochran 1990) entre el peso al sacrificio,
la cantidad de tejido blando y la cantidad de grasa perirenal de la canal
izquierda.
Resultados y Discusión
Durante el período de mediciones los animales tuvieron una ganancia diaria
de peso promedio de 0.155 kg la cual se considera apropiada al relacionar el
consumo de energía de estos animales con sus necesidades (Solis et al 1991). No
se registró ningún tipo de padecimiento patológico en los animales durante la
prueba.
La composición proximal de las excretas utilizadas (Tabla 2) se consideró
dentro de los parámetros normales para este tipo de materiales. En contenido de
cobre de la cerdaza (274 ppm) fue elevado en comparación con lo reportado por
otros autores (Flachowsky y Henning 1990), lo mismo que el contenido de cobre de
la pollinaza (214 ppm) (Moguel et al 1990b).
Los resultados de la composición corporal de los
animales se encuentran en la Tabla 4.
Tabla
4. Composición
corporal de borregos Pelibuey sometidos durante 59 días a una
alimentación con excreta animal (cerdaza y pollinaza) n=15
|
![]()
|
<P Variable |
Media,
kg
|
Desviacion estandar
|
![]()
|
Peso
al sacrificio
|
29.9
|
3.15
|
Peso de la canal caliente
|
12.5
|
1.88
|
Peso
vivo vacío (n=9)a
|
23.9
|
2.4
|
Rendimiento
comercial, %b
|
41.8
|
2.6
|
Rendimiento
verdadero, %c
|
49.7
|
2.7
|
Tracto
digestivo lleno
|
7.42
|
0.21
|
Tracto
digestivo vacío
|
2.50
|
0.45
|
Grasa
Perirenal
|
0.279
|
0.109
|
Hígado
|
0.528
|
0.107
|
Riñón
|
0.086
|
0.015
|
Cabeza
|
1.97
|
0.15
|
Piel
|
2.41
|
0.36
|
![]()
|
a Calculado restando al peso
vivo, el contenido del tracto digestivo.
b Estimado dividiendo el peso de la canal entre el peso
vivo x 100
c Estimado dividiendo el peso de la canal entre el peso
vivo vacío x 100 |
El rendimiento comercial y el verdadero de
animales fueron mayores a los informados para ovinos de raza Blackbelly (Cantón
et al 1992) y a los encontrados en borregas Pelibuey (Martínez et al 1987)
alimentados con dietas convencionales. La causa de esta situación puede deberse
primeramente a que la raza Blackbelly es más longilinea y con poca capacidad cárnica;
en el caso de las borregas, también son más longilineas y magras que los
machos. En cambio el rendimiento encontrado en este trabajo fue inferior la
compararse con los obtenidos con machos castrados (Martínez et al 1990, García
et al 1998), o con animales cruzados de Pelibuey con Blackbelly (Cantón et al
1992).
El contenido de grasa perirenal es un reflejo de
grado de engrasamiento general de los animales. Expresándolo en porcentaje del
peso, en este estudio se encontró un 0.93% (Tabla 4), el cual es inferior al
informado para machos castrados de la misma raza (Martínez et al 1990, García
et al 1998). Esto se debe a que la castración de los animales induce al mejor
terminado de sus canales.
|
![]() |
Variable |
kg
(media)
Desviacion
estandar
%
Canal
izquierda completa
7.46
1.06
100
Pierna
2.15
0.281
29.0
Tórax
1.9
0.220
25.7
Brazo
1.37
0.253
17.6
Abdomen
0.778
0.177
10.4
Cuello
1.27
0.219
16.2
![]()
El peso de hígado fue de 0.528 ± 0.108 kg
(Tabla 4), el cual representó el 1.76% del peso vivo. Este valor porcentual es
inferior al reportado por otros autores que utilizaron niveles muy elevados de
Cu en la dieta utilizando pollinaza (Cantón et al 1994), o cerdaza (Webb y
Fontenot 1975). El contenido promedio de Cu encontrado en el hígado de los
animales fue de 152 ± 44 ppm, el cual se encuentra dentro del rango considerado
como normal que oscila entre 100 y 300 ppm (Fick et al 1979). Estos datos
indican que la salud de los animales no se vio amenazada por la presencia de
este mineral en las deyecciones que consumieron.
En la Tabla 5 se destaca que los cortes de la
canal izquierda con mayores pesos son la pierna y el tórax, resultado semejante
a los informados con ovinos de pelo alimentados con dietas convencionales (Martínez
et al 1987).
La Tabla 6 muestra el rendimiento en tejidos
blandos y hueso de la canal izquierda.
Tabla
6. Rendimiento de tejido blando y hueso en la canal izquierda de
borregos Pelibuey alimentados durante 59 días con excreta animal
(cerdaza y pollinaza) n=15
|
![]() |
|
Tejidos
blandos (músculo, |
conectivo y conjuntivo
)
Hueso
Media,
kgDesviacion
estandar
%
Media,
kg
Desviacion
estandar
%
![]()
Pierna
1.52
0.217
31.7
0.628
0.091
24.2
Brazo
1.02
0.175
21.3
0.294
0.030
11.3
Tórax
0.885
0.229
18.4
1.020
0.158
39.4
Cuello
0.821
0.179
17.1
0.420
0.099
16.2
Abdomen
0.546
0.133
11.5
0.220
0.040
8.5
Total
4.80
0.803
100
2.59
0.330
100
![]()
La mayor cantidad de tejido blando se concentró en la pierna, siendo el tórax
el que acumuló la mayor cantidad de hueso. La proporción total de estos dos
tejidos en la media canal fue de 64.3% de tejido bando y 34.7 % de tejido óseo.
Este resultado refleja una menor calidad de estas canales comparadas con las
obtenidas con machos castrados que alcanzaron un 72.9% y 23.7% respectivamente
(García et al 1998). Sin embargo son mejores que los logrados al utilizar
hembras Pelibuey (Martínez et al 1987). Esta divergencia en la comparación de
resultados se debe a la influencia del sexo y la raza sobre el rendimiento y
composición de la canal.
Se estableció una regresión lineal y
significativa entre el peso al sacrificio y la cantidad de tejido blando. Por
cada 100 g de incremento en el peso al sacrificio se incrementó 20.7 g el
contenido en tejido blando (P<.01) (Ecuación 1). La regresión establecida
entre el peso al sacrificio y la cantidad de grasa perirenal, fue cuadrática
(P<.01) (Ecuación 2). Estos resultados indicaron que los animales no habían
llegado a su máximo desarrollo corporal y hubieran podido sacrificarse a pesos
superiores, logrando mejores rendimientos en tejidos blandos y mejor calidad en
la canal debido a un mayor engrasamiento.
Ecuación 1.
Y= -1410.9 + 0.207 x
(r2=
0.67)
Y= Total de tejidos blandos en la canal
izquierda, en Kg
x= Peso al sacrificio, en kg
Ecuación 2.
Y= -5191 – 0.35 x + 0.000006 x2
(r2= 0.35)
Y= Total de grasa perirenal en la canal izquierda, en Kg
x= Peso al sacrificio, en kg
x2 = Peso al sacrificio al cuadrado,
en kg
Conclusiones
Los resultados obtenidos permiten concluir que
borregos Pelibuey alimentados durante cincuenta y nueve días con niveles
elevados de cerdaza y pollinaza, lograron una velocidad de crecimiento y
composición corporal similar a los rangos citados por la bibliografía, además
de que estas excretas no representaron, en las condiciones de este experiencia,
un riesgo sanitario para los animales. Es por ello que es recomendable su
utilización, ya que son un recurso valorable.
Agradecimientos
Este trabajo fue parcialmente financiado por la Fundación Yucatán Produce A.C.
mediante el proyecto de investigación “Evaluación del Efecto del
Deshidratado Sobre el Valor Nutricional de la Pollinaza y la Presencia de
Microorganismos Patógenos” registro Preci 1801 y por el Consejo Nacional de
Ciencia y Tecnología mediante el proyecto de investigación “Reciclaje del
estiércol fresco de cerdo en la alimentación de rumiantes” clave 4005P-B960
Emperatriz C Padilla Goyo, Arturo F
Castellanos Ruelas*,
Javier G Cantón Castillo** y Yolanda B Moguel Ordoñez**
Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado.
Núcleo Obelisco.
Decanato de Ciencias Veterinarias. Barquisimeto, Lara. Venezuela.
*Facultad de Ingeniería Química. Universidad Autónoma de Yucatán.
Av. Juarez 421. Ciudad Industrial. C.P. 97288. Mérida, Yuc. México.
cruelas@tunku.uady.mx
**Campo Experimental Mocochá. Centro de Investigación Regional de la Península
de Yucatán. Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Agropecuarias.
Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural. Apartado postal 100-D Mérida,
Yucatán. C.P. 97000
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